Manila

Notas: Publicaciones: Fotografía reproducida en: Mundo Hispánico, n. 55 (octubre, 1952), p. 30-32
Papel fotográfico
Nota mecanografiada en tira pegada en el reverso: "Una casa productora de Manila celebra un Aniversario de su fundación con la película "Rodrigo de Villa", en magnífico color. Se trata del mismo Don Rodrigo Díaz de Vivar, modificado en esencia y en sustancia Don Rodrigo atraviesa en su jaco cantando con un laud, una Castilla cuyos campesinos cantan canciones mejicanas. Doña Jimena lleva peina y juega al tenis; el Rey de Castilla (y de Aragón) brinda con un Benedictine de la misma marca que el que usa el villano Rey de Granada. Los cortesanos visten unas veces como Godoy y otras como el Conde Duque, o un poco de cada. Todo con la mayor buena fe y la mayor lógica. No hay anacronismo pues no se trata de tipos castellanos del siglo XIII, sino de Mitología tagala. El Romancero, llevado por marinos y soldados, prendió muy fuerte en Filipinas y 300 años con sus días y sus noches de cuerpo de guardia hicieron que -transformado- pasara a ser la literatura popular de los tagalos, con el nombre de "Awits" o corridos. El siglo XX los había arrinconado pero viven de nuevo en las ingenuas películas para el pueblo que "sacan" a los "Siete Infantes de Lara", al "Prinsipe Amante" o "El Truvador".
‎Nota mecanografiada en tira pegada en el reverso: "La calle Escolta de Manila. La calle más popular de la ciudad, y sede del comercio de lujo. Se llamó así porque en uno de sus callejones transversales, el de Soda, estaban las cuadras de la escolta de caballería del Gobernador, creada en 1590. La Escolta fué el centro social y comercial más concurrido. Hasta este siglo sus casas eran de dos o tres plantas solamente; sus tiendas tenían los toldos de cualquier tienda española. Hoy cuenta con grandes edificios comerciales, domicilio de las poderosas compañías exportadoras del abacá, la copra, la piña, el azúcar etc. Manila es el centro mundial del abacá, aunque la Bolsa esté en Nueva York. Filipinas es el mayor exportador de azúcar a los Estados Unidos. En la Escolta están desde el siglo pasado las grandes y famosas Boticas, hoy transformadas al gusto norteamericano en heterogéneas "drug stores". Una de ellas es el centro de reunión y tertulia de las gentes de letra, y músicos de la ciudad. La joroba del primer término de la fotografía es un puente que atraviesa uno de los inumerables esteros o cursos de agua".
Nota mecanografiada en tira pegada en el reverso: "La Plaza Goiti, uno de los centros nerviosos de la ciudad. Al fondo está la Iglesia y Plaza de Santa Cruz. En esta Iglesia los invasores ingleses devolvieron la Plaza de Manila al insigne Don Simón de Anda y Salazar, defensor de las Islas en 1762-63. La Iglesia está en reconstrucción pues sufrió grandes daños. En la reconstrucción ha tomado parte muy importante la comunidad española de Manila, y pronto podrá volver a abrirse al culto. La Plaza Goiti es el centro de las carreteras del país, pues desde ella se cuenta su longitud. En la Plaza de Santa Cruz desemboca la Escolta. En primer término se ve el arranque del Puente de MacArthur, hasta hace pocos años llamado de Santa Cruz.
Goiti fué el conquistador que intentó ocupar el poblado que era Manila en 1570. Fracasado en su empresa en 1571 entra en la bahía Legazpi y ocupa el día de Santa Ptenciana el lugar donde funda la ciudad de Manila".
Nota mecanografiada en tira pegada en el reverso: "Un aspecto del Puerto de Manila. Puerto gran exportador de productos alimenticios. El Puerto de Manila comenzó su historia cuando era el camino por el que las mercaderías chinas invadían América. Los "sampanes" chinos eran aquí descargados y en la famosa nao de Acapulco iban a Méjico. El comercio de Cádiz y Sevilla protestó siempre de este monopolio de Manila, pero jamás cesó este privilegio, gracias al cual entraba en Manila anualmente una enorme riqueza pues los beneficios eran fabulosos. La misma nao en el viaje de vuelta traía el "situado" o fondos que la Monarquía aportaba para los gastos de administración y desarrollo de país. Durante siglos Filipinas fué una gran carga económica para la Monarquía española. La nave de Acapulco cesa en 1812-15 y se abre un periodo de libre cambio que hace de Manila en el siglo diecinueve un emporio comercial. Actualmente el Puerto de Manila es visitado por barcos de todo el mundo, siendo las principales líneas, norteamericanas, suecas, danesas, portuguesas y francesas".
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