Biblioteca digital de Guinea Ecuatorial
En octubre de 2018 se celebraron los 50 años del nacimiento de la República de Guinea Ecuatorial. Cuatro décadas de ese medio siglo se corresponden con la implementación de diferentes programas de cooperación binacional, 10 años antes incluso de que se conformara lo que conocemos actualmente como AECID.
Ese vínculo continuado ha generado la acumulación en la Agencia de un variado acervo documental referente al país.
Gran parte del mismo se corresponde a la apuesta editorial del Centro Cultural Hispano-Guineano, iniciada por los co-directores fundadores, el filólogo Germán de Granda y el comunicador Donato Ndongo-Biyogo. Así, durante los 80 y 90 -hasta su transformación en los actuales Centros Culturales de España en Malabo y Bata-, el Hispano-Guineano se caracterizó por una ingente labor editorial que contribuyó a lo que se califica como el periodo de ilustración guineana.
La imprenta del Centro, ubicada en el edificio del viejo Instituto Cardenal Cisneros, trabajó hasta su clausura de modo interrumpido, siendo sustituida paulatinamente por coediciones con diferentes sellos editoriales, como Ceiba o Sial.
De esa primera etapa, quedan igualmente publicaciones periódicas como África 2000 (1987-1994) y El Patio (1990-2002) a las que se sumaron posteriormente El Árbol del Centro (2005-2008), Atanga (2010-) y Batamemata (2012-2013) editadas por los actuales Centros Culturales de la Cooperación Española. Es gracias a esta secuencia de revistas que es posible conocer los procesos creativos y sociales del país. A través de su digitalización e incorporación a la Biblioteca Digital AECID (BiDA), se facilita el acceso a los primeros textos de autores consagrados como Juan Balboa Boneke, Juan Tomás Ávila Laurel, Joaquín Mbomío, Ciriaco Bokesa, Jerónimo Rope, María Nsué, Maximiliano Nkogo, Ana Lourdes Sohora, etc.
Igualmente, la lectura de estas revistas resulta imprescindible para conocer los relatos breves y poemas de autoras como Trinidad Morgades, Mª Caridad Riloha, Mercedes Jora, Edita Roka Eteba o Irene Evita Ika, cuyos textos adolecen de una difusión menor.
Y es que publicar en Guinea Ecuatorial siempre ha sido una tarea ardua: la primera imprenta en el país no entró en funcionamiento hasta 1899, y ésta se dedicó exclusivamente a la impresión de volantes y periódicos efímeros. Dos años después, los claretianos importaron su propia maquinaria con la que editaron ininterrumpidamente (salvo un periodo de desabastecimiento de papel en la postguerra) la principal bitácora del territorio: La Guinea Española creada en 1903 y clausurada como La Guinea Ecuatorial en 1969.
Otro tipo de publicaciones tenían su origen en España, y por lo general se limitaban a contenidos administrativos, religiosos y relatos de viaje.
Es una tendencia que ha variado con el paso de los años, aunque hoy en día todavía predominan las autoediciones y publicaciones en el extranjero.
Recientemente, y con el apoyo de la editorial Princesa Cartonera de la Biblioteca de la AECID, los Centros Culturales de España han incentivado las ediciones cartoneras como vía para canalizar de modo creativo y asequible los textos de una nueva generación de autores locales.
De todo este proceso hay materiales en el catálogo de BiDA, y -pese a no ser exhaustivo- su variedad y accesibilidad lo convierte en una interesante muestra documental, que incluye insospechados registros sonoros como Carta de España 73 (1963) con el fragmento de la rueda de prensa del Director del Plan de Desarrollo de Guinea Juan Velarde informando de la aprobación del régimen autónomo para el territorio, o “La literatura oral en la historia bubi” (1989) de Justo Bolekia, el primer artículo de un escritor ecuatoguineano en Cuadernos Hispanomericanos.
Esta muestra recoge materiales descatalogados como el mítico “¡Buenos dias!: curso de español para niños” (1987), “Plantas medicinales de Guinea Ecuatorial” (1989), “Los últimos escarificados de la Isla de Bioko” (2002), o la obra de los artistas ecuatoguineanos como el desaparecido escultor Fernando Nguema (1963-2008).
Son más de 200 documentos entre libros, catálogos de exposiciones, periódicos, revistas, mapas, registros sonoros y alguna foto que la Biblioteca de la AECID y las respectivas bibliotecas de los Centros Culturales de España en Malabo y Bata han digitalizado de las publicaciones institucionales de la Agencia, a las que se suman documentos del fondo antiguo custodiado en la Biblioteca Hispánica. Igualmente se ha incluido una selección de contenidos de repositorios externos como la Biblioteca Digital Hispánica o la Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico.
Álvaro Ortega Santos
Director del Centro Cultural de España en Malabo